A Jorge


(A Jorge, que inaugura este blog)


Siempre anda uno pensando en qué le va a regalar a aquel a quien acaba de felicitar en su día de cumpleaños.


Un regalo compartido, la visita a una tienda de ropa en la que poder encontrar algo que le guste, un objeto relacionado con alguna de sus aficiones, … y finalmente, quizás algo desposeído de emoción.

Hoy cumple años Jorge, y me alegro de recordarlo, y de recordar al mismo tiempo como ha pasado a formar parte de la vida de uno.

Con el paso del tiempo se va aprendido que lo realmente valioso de la vida lo constituye la gente que conoces, en unos casos para huir de ellos, y en otros para alegrarte de verlos y compartirla.

Jorge llegó como una hoja de otoño que cae, imperceptiblemente, y con esa mirada de asombro de quien al verlo sabes que tiene detrás de unos ojos grandes una inteligencia que los gobierna, y un corazón calentito al que da gusto arrimarse.

Jorge vino como las partículas incrustadas en el aire de un misterio, de un viento que se percibe por su aroma y del que sin embargo no llegas a identificar su origen.

Hoy sigue siendo un misterio cuando lo miro, saber si sigue respirando, suspirando, por los cráteres de los volcanes asentados entre los lagos dulces de su tierra, o ya tiene el corazón entre la sierra de Madrid y la alegría de su hija.

Como los volcanes y como el fondo de esos lagos, siempre tiene uno la impresión de que no acabas de conocerlo, de que no toda la luz es suficiente para saberlo todo sobre él, como tampoco qué escribirá ese día secreto en el que una vez al año se entrega a una evocación.

Y es que en la oscuridad maya de sus ojos se siguen intuyendo nubes que pasan, espacios de silencio que seguro son pensamientos que tienen su origen en la cultura de su tierra, en el pueblo donde nació, en la gente que tiene tan cerca y vive lejos de su rutina, del día a día que sin embargo eran palmeras, cafetales, pirámides, selva, naturaleza a la puerta de casa, tortitas de maíz, gente que pasa atareada en su pobreza, fuerza por tirar de una tierra a la que sacar adelante, misterios de una tradición que gobernó el mundo anticipándose a las potencias de ahora, ríos que corren delante de casa de la abuela, casas pobres tan ricas de cariño, incursiones entre montañas en las que rebelarse contra todo y unirse a la fuerza de un amigo, de muchos amigos que lo fueron para siempre desde entonces.

Hoy cumple años Jorge, y yo me alegro.

Hoy cumple años Jorge y me regalo, egoístamente, la suerte de saber que si lo necesito puedo contar con él, y que precisamente por eso, me alegro de nuevo.

Muchas felicidades nos deseo, Jorge.




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